Males opuestos con perjuicios semejantes. Pedro padecía hiperpenis, una rara enfermedad que hacía que su pene, erguido en toda su potencia, al entrar en contacto con la mucosa vaginal, por una indeseable reacción alérgica, acrecentase tres veces su tamaño normal, tanto a lo largo como a lo ancho. Salvo contadas, y descalificadas, excepciones, ninguna mujer toleraba semejante desmesura, por más que en el imaginario popular esto esté desmentido. Pedro estaba condenado a relaciones por vía anal o, eventualmente, al uso de doble condón, porque el más mínimo contacto desencadenaba la terrorífica inflación. Esto último le anulaba toda sensibilidad, y lo primero lo hundía en un mar de culpas; es que Pedro era un hombre muy religioso, con lo cual, en ninguno de los casos lograba una verdadera satisfacción. Pablo, en las antípodas, sufría de hipopenis. Caprichosa afección que hacía que su miembro viril, literalmente, se arrugase y escondiese por completo apenas lo acercara al flujo vaginal. Le quedaban las mismas alternativas que a Pedro, pero qué mujer que se precie aceptaría así, sin más, ni menos, tan mezquino intercambio. Pedro y Pablo se conocieron en lo del médico, mejor dicho, en la sala de espera de un consultorio. Entablaron conversación porque ambos mataban la espera coincidiendo en la lectura de un trópico de Henry Miller. Solían encontrarse y tomar algunas copas juntos. A pesar de esto, ninguno había confiado al otro el motivo de su concurrencia al especialista y las horas se les pasaban, entre brindis y brindis, en medio de relatos de lujuriosas hazañas. Por las noches, cada cual en su cama, con un estremecimiento, recibía complaciente la visita de Onán.
4/25/2008
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5 comentarios:
Pobres Caballeros...
Me parece a mí, o este txt lo habías publicado en otro lado?
Beso, P.
Sí amiga, es una republicación. Y hasta creo que tenía un comentario tuyo.
Voy a ir alternando post viejos con nuevos hasta tener todo en uno solo. Pero todavía lo estoy peinando al blog, como habrás notado.
Besos
Peinando?
El verbo "peinar" no existe en mi diccionario...
Jejejejejejeee!
Subitamente surgidos del gris de la noche estamos llegando...
Bienvenido a nuestra kasa, entramada a cuatro manos, como la Fantasía en Fa menor op. 103 D 940 de Schubert, o el Doktor Faustus de Mann.
Amigo Ventrílocuo, Kandinsky; Miró; Magritte; Klee; Mondrían; Pollock; Raquel Forner; Schubert, Schumann; Beethoven; B.B. King; Héroes del Slencio; Historia del Crimen...
Uf! Cuantos nombres, y todos los que faltan...
Todos ellos estarán allí esperándolo. Vuelva cuando guste.
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