10/13/2008

HOY LLOVIÓ

Hacía tiempo que no llovía así, copiosamente. Este adjetivo lo debo haber sacado de una novela. Una sana decisión sería no utilizarlo porque la oración parece demasiado literaria. Al menos es lo que recomiendan los buenos escritores; la mejor literatura es aquella que no se parece a la literatura sino a la realidad. Puede que tengan razón, no lo sé. Pero me he puesto a pensar que ‘copiosamente’ es la palabra con la que adjetivé la lluvia al momento de hablar con mi esposa y mi madre acerca de cómo llovía hoy. Lo cierto es que a menudo utilizo frases de los libros en mi habla diaria, o giros verbales no muy comunes, que no tienen ya que ver ni siquiera con las traducciones actuales. Claro, he leído durante mucho tiempo libros baratos, de ediciones baratas quiero decir, cuyos traductores eran españoles, y lo fui incorporando a mi vocabulario personal. Es raro que no se me ocurra decir, por ejemplo,’ voy a por’, cosa que siempre me causó gracia.
¿Está mal que hable así? No quiero decir que hablo todo el día como si fuese una novela que alguien lee en voz alta, pero sí que buena parte de mis expresiones están anquilosadas. Después de todo, que yo haya escrito que llovía copiosamente, no está tan lejos de las recomendaciones de los popes ¿acaso no soy una persona de carne y hueso que habla de esta manera tan rebuscada?
Conversábamos sobre la lluvia y terminamos hablando de los diferentes tipos de techos. No es raro que derivemos en conversaciones que tienen que ver con la arquitectura, a mí me gusta construir casas, creo que ya lo dije en otra oportunidad. Hoy los techos de chapa se usan más que antes, aunque todavía quedan resabios de algún prejuicio. El costo de hacer un techo de chapa no es muy diferente que el de material o el de tejas, solo que todavía se asocia la chapa a las casuchas de las villas miserias. No quiero comparar, dije, pero a mí me gusta oír la lluvia en un techo de chapas, siempre y cuando no tenga goteras. Esa es la diferencia.
No dije qué otros recuerdos me trajo la lluvia.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

de nuevo a la prosa maestro, de nuevo esa ironía lapidaria,y ese tanto decir sin decir, no le afloje

Sibila de Cumas dijo...

Corre con mucha fluidez este texto!
Albricias!!

Leticia Ressia dijo...

Lindo Ventrílocuo, me trajo recuerdos. Lograste ese contacto directo con el lector que es la identificación, pues yo también a veces hablo como en mis lecturas y cada tanto como tu lluvia, copiosamente.
Saludos !!

anais dijo...

Y q otros recuerdos te trajo la lluvia? eh?


Güena salú y malos istintos.
a!

Anónimo dijo...

Qué perspicaz Anaïs! Recuerdos, recuerdos... qué son los recuerdos sino el pasado que nos inventamos a diario. Quizá me haya creado un pasado sensual, o uno romántico, o quizá uno de soledad y nostalgia... adiviná, adiviná...