7/18/2009

TRAZAS 19

Con el fondo de un piano
Que suena olvidado
En sus tres notas quejumbrosas

Iluminado por el escozor
Del hambre
En penumbras

La máscara de la ciudad
Hace muecas en la ventana

Mis amores están lejos
Ensortijados en destinos de rutas

Orificios, linealidad, interrupción
Y el camino sigue.

Los bosques de los cuadros
Arrojan esa fragancia
Del panal destrozado y chorreante

El sol es un dibujo que duda
Por la mañana el viento se lleva
Embrujo, ojos y penumbras

Andábamos de aquí para allá
En un juego
De esquives y acercamientos

La pereza de la palabra
Es rica en anillos de humo
Soñar es un ejercicio

El camino sigue nuestros pasos

Soñar es un ejército.

Escritorio, humo, música
Deuda de soledad
Que no se paga con presencias.

Cada vez es más rudimentario
El lenguaje con que te amo

Soy un desconocido frente al espejo
Soy una rareza
Que se rearma.

Vendremos con el sueño
A ser uno.

Los nombres del aire
Combinan distancias
Ojos, labios, roces.

Al pasar, la máscara se cierra
Detrás quedó el futuro

Hoy vendremos
Sin habernos ido nunca

Dormitar frente al papel
Ese que dejaste
Sin borronear.

Derrumbado el esperma
Del paisaje
Tras el vidrio

Promesas de otras historias
Llegadas tarde
Abreviaturas de la vida

Si el nombre del aire
Se nombrase
El huracán de tus manos enloquece.

La arritmia estira
La evocación

La evocación
Despedaza tu presencia

No te olvides de mí
Ni aún ayer
Te olvides.


J A - 19/04/2007
http://ventrlocuo.blogspot.com/2009/07/trazas-19.html

7/11/2009

EL SENTIDO

Parece que desaparece. Cuando los cayos de la jerga se liman en el limo de la sonoridad, el olvido se esfuma. Y los fantoches de tu voz crearán una ilusión sobre la pared de la pared de la pared. Perdidos los rastros, su etimología, quizá el final fundido con origen o la memoria de una vastedad ahora irreconciliable con el mundo. Allí, entre paréntesis, estabas, y sin embargo, como la música improvisada del viento, te colabas por los resquicios.

Los poetas sabían algo, pero no todo, sin embargo, se ufanaban de la completitud de su oficio. Fui poeta y supe y asumí que solo dejaba migas a mi paso para regresar, o para que los pájaros se llevaran el trigo a otros estadios perdiéndome aunque nadie que quiera está perdido.

Las mujeres tomaron la línea de lo que desaparecía y envolvieron sus fetos con la tela de araña del desasosiego para darle un destino encriptado. Hoy desciframos los códigos de la memoria, cuya clave es el olvido. La madre irracional arrojó sus hijos a la guerra, y los sobrevivientes se embelesaron con el infierno de la pasión. Pasión y palabra. Hubo quien dijo que ni una ni otra se define por el contrario, ni una ni otra se relacionan por más que la literatura mítica del lenguaje diga lo contrario.

El río lavó el hueso una y dos veces y pergeñó la abolición de la identidad, el corazón lavado no era el mismo hueso y la carne se deshizo en la antonimia. Los anillos de la continua vuelta voltearon aleatoriamente como para desdecirse.

Fui poeta y amante y nunca fui el mismo hombre en el mismo lecho y nunca la voz pudo dar cuenta de lo que vale, de lo que dije, de lo que sentí y de lo que mentí, y nunca la mujer fue la misma mujer. La poesía era amiga de pobres y ricos; los prejuicios los agregaba la turbamulta que disecaba y clasificaba en cajones demasiado estrechos; poco continente para tanto contenido, poca forma para tanta desmesura. La poesía era amiga de pordioseros e indigentes, y de innobles dirigentes, comulgaba con clérigos y se acostaba con guerrilleros, sin embargo era la misma, y aún así, no podía ser nombrada.

Desaparece. Siempre está desapareciendo.

Jorge Alberdi, Julio del 2009

7/07/2009

OTRO VENTRÍLOCUO FAMOSO

Fernando nació mudo.
Sus padres no escatimaron esfuerzos para lograr cambiar esta suerte. Los mejores médicos; los más prestigiosos especialistas del mundo, fueron incapaces de modificar la sentencia de la naturaleza.
Entrando en la adolescencia, edad pródiga en experiencias lúdicas, y ya sobre el final de su segundo año de secundario, descubrió que podía modular rudimentariamente el escape de sus propios gases si regulaba adecuadamente su músculo anal, uno de los pocos esfínteres sobre el cual la voluntad tiene algún control.
Entusiasmado con el hallazgo, cambió la dieta y dedicó los meses del verano a un profundo entrenamiento, encerrado es su cuarto de la planta alta, hasta lograr un refinamiento inimaginado de su habilidad.
Finalizadas las vacaciones y de vuelta al colegio, quiso sorprender a su mejor compañera saludándola a la entrada del edificio. Ella lo miró a los ojos, y luego miró por encima de sus hombros, detrás de él, buscando a la persona que le habló. “No busques, soy yo”, dijo, sin abrir la boca, con una media sonrisa triunfal y pétrea. Ese día fue la sensación entre sus compañeros, quienes aún maravillados y divertidos por la singularidad de Fernando, no dejaban de sentir alguna inquietud; esa disociación entre las palabras y la boca que solo sonreía… como si fuese el monigote de un ventrílocuo ausente. Después estaba el tema del olor, que al principio fue un condimento, una humorada más para los varones, solo al principio…
Lo cierto es que al cabo de un par de días, Fernando podía hacerse entender, pero ninguno de sus compañeros quería acercarse a escucharlo. Sus padres le sugirieron que quizá sería más fácil si en lugar de hablar él, lo hiciese a través de un muñeco.
Fue así que Fernando acometió la dura tarea de la ventriloquía.
Su primer show lo montó para los parientes en el living de su casa. Luego de cuarenta minutos ininterrumpidos de chistes recopilados de todos los ventrílocuos de mediana fama que tenían algún registro en viejas películas, la abuela, descompuesta, cayó redonda. Padres, tíos, primos, todos corrieron a abrir las ventanas.
Cuando ya todo indicaba que a Fernando no le quedaba más remedio que la eterna mudez, el hermano menor, familiarizado con internet, vino en su ayuda.
Hoy basta una consulta en Google para encontrar los asépticos videos de este maravilloso ventrílocuo, que se tiene a sí mismo como muñeco, en la red de redes.

7/05/2009

ESTA RUTINA

No tengo más
que una boca que rememora
que se ahoga en la baba del recuerdo
que boquea lasa en la nada
porque otra boca se ha llevado
esta saliva
esta sal que da vueltas
y espumea en el vacío.

No tengo más
que la ansiedad
que agrieta las puertas
demuele los ascensores
quiebra el olvido

No tengo más
que el acento sobre la á
y apenas
una entrepierna herida
de soledad
de zeppeliniana soledad
maldita
como la cocina de la locura
como un blues perdido
en el desierto de la esquina
untado de orines y escupitajos
de almendras que nadie
recolectará

No tengo más
que la rutina de sentirte
perdida eternamente en la piel.

ja (24/09/2007)

7/04/2009

Otoño




Y NO PREGUNTAS

Ya deja hablar el tramo tronante de la noche / enlaza en cada abra de la piedra la hiedra /que enreda el ojo del despojo / ¡allí duermo! en el eterno viento que sube desde el valle/ azota la oscura apertura del fuego / ruego por el esperma nupcial de la batalla que estalla en la vía láctea/ despierto al chamán en el vientre del miedo / No zozobres en el ahogo de estas palabras / la bosta el estiércol la mierda de los animales ciegos que lamen la luz mezquina de la luna / el secuestro de ese aliento en la puna desdibujada / ajada y cruel talla / retorcido tronco que en vilo asombra el hondo hueco / La noche la noche de esmeraldas que me pierde y te ruega olvido / ¡allí yazgo! en el rocío efímero que cuaja los zumbones mosquitos del silencio / Una canción que desespera entre peñascos pulidos por la ausencia anda despedazándose entre caminos inventados / El arrastre de hojas juega y arrasa la vida anterior / Lo que ahora embadurna esa mirada en la nada / miríada de duendes / de abejorros insistentes / de un sol pintado en la nostalgia / de bujes que chillan quebrándose en el alquitrán de la ciudad muerta / Déjalo hablar / deja al relámpago que miente una próxima lluvia que te canturree cosas de antaño / ahora pedazo de abismo desprendido / ahora flácido ácido de escombro orgánico / ahora futuro abono / pasto de la noche / pasta de experiencias desplegadas / mar antagónico y agónica figura perdida contra el viento / el viento de la soledad / el viento que lima los filos de las piedras / las diferencias humanas / los clavos de la vida.
Arrójate
si puedes / si temes / si escaldas el crepúsculo que ya se extinguió / si te duermes sobre la tragedia / y no preguntas a la esfinge / y no preguntas.

Jorge Alberdi /2004