La inalterable mirada de espalda
Que franquea una ilusión
En remolinos el campo arroja su furia
Y desde la ventana
Nos enamoramos
Son oscuridades que se ensañan
En iluminarnos
El centro de la costumbre, un jardín.
Yo habré pasado de largo
Cuanto enseña la tormenta
Los centelleos perturbados
Una letanía cifrada en el agua
A ella ya no le queda nada
Ni la inocencia de este verso
Sapos estallan
Atroces ante los ojos
Y el crepitar suena y hace soñar
A ella le respira el amor rancio
Escapado de la vieja caja de zapatos
A ella las fatalidades se le estiran
Ya pusilánimes
Detrás de la gruesa bruma
El deseo es un hombre que fuma
En un rincón
Mientras el agua azota otros cristales
Rispideces, anhelos y escozores
Espejos, amores, quiebres
Los postigos y una sombra
Sin otro destino
Que el entusiasmo
Las Pandoras encerradas
Exploran el abismo
Apenas una boca
Sin cadencia en el masticar
Apenas eso
Y el viento se habrá llevado casi todo.
12/29/2008
TRAZAS 16
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